Un equipo de científicos del proyecto photoNvoltaics creado por la Unión Europa ha sido capaz de desarrollar una célula de silicio cristalino de solo 830 nanómetros de grosor.
En términos de microrredes, la clave para reducir el consumo de diésel por el de energías renovables son las microrredes, según opina la consultora THEnergy, señalando que la complejidad de esos contratos es mucho mayor que la de sistemas fotovoltaicos conectados a la red.
En otro avance del material que muchos defensores de la solar esperan que reemplace al silicio tradicional en la fabricación de paneles solares, en China y Estados Unidos, un grupo de científicos han creado la primera célula monocristalina de perovskita, lo cual podría acelerar su aceptación como reemplazo del silicio.
Un equipo de científicos de la Universidad estatal de Georgia ha descubierto un proceso que ocurre en las plantas de manera natural. Conocido como “transferencia de electrón región-invertida”, un mejor conocimiento de este proceso podría contribuir al diseño de células solares más eficientes, afirma la Universidad.
A través de la convocatoria se buscan emprendimientos vinculados a la fotovoltaica en la región de Arica y Parinacota.
El pasado 20 de agosto llegó a República Dominicana procedente de Cuba el barco para la preservación de los océanos propulsado con energía solar e hidrógeno.
El poliestireno no solamente disminuye los costes de fabricación sino que también mejora las estabilidad de las células solares basadas en perovskita, como muestran los investigadores de la Universidad de Mánchester, Reino Unido.
El instituto de investigación belga Imec ha alcanzado una eficiencia de conversión del 23,9 % con un módulo de perovskita y silicio de 4 cm2. Según el Imec, es la primera vez que se obtiene este nivel de eficiencia, superando la obtenida con un célula estándar de silicio.
Investigadores de la Universidad de St. Andrew han demostrado que grupos de nanopartículas de precisión atómica precisos conocidos como nanoclústers podrían dividir un único fotón de alta energía en dos de menor energía, un descubrimiento que podría llevar a grandes avances en el desarrollo de células solares.
Científicos del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) en Alemania han creado unas gafas de sol que generan electricidad a través de células solares orgánicas semitransparentes colocadas en las lentes. El equipo pretende demostrar el potencial que tiene la solar orgánica para integrarse en aparatos electrónicos, edificios y otras aplicaciones que no se pueden llevar a cabo con la tecnología fotovoltaica convencional.
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