Se espera que las plantas solares duren 32,5 años y cuesten 17 dólares por kW/año para operar, como se muestra en una encuesta realizada por el Berkeley Lab a los participantes de la industria.
Investigadores de Estados Unidos han demostrado, mediante simulaciones, que la generación de sistemas fotovoltaicos puede oscilar entre el 18 y el 60% del potencial de cielo despejado durante los huracanes, siempre que los conjuntos no sufran daños. Según ellos, las instalaciones solares podrían seguir proporcionando energía de reserva cuando las redes están caídas durante los huracanes, especialmente si se combinan con el almacenamiento de energía.
Científicos de los Estados Unidos han creado una célula solar de puntos cuánticos que tiene una eficiencia de conversión de fotones a electrones del 85%. También se dice que el dispositivo muestra una notable tolerancia a los defectos y su composición está libre de elementos tóxicos.
Ubicada en el desierto de Atacama, la planta se puso en marcha en 2014, y cuenta con un PPA a 11 años. El un precio de compra neto de la planta ha sido de 46,6 millones de dólares de los EE.UU., y 19,5 millones de dólares el del PPA.
El santo grial del almacenamiento de energía siempre ha sido de bajo costo y larga duración. Form Energy tiene la intención de desplegar un sistema de 1 MW/150 MWh con una utility de Minnesota antes de 2023, una duración de almacenamiento de energía sin precedentes si tiene éxito.
Investigadores de los Estados Unidos han estudiado el modo en el que la energía solar podría ayudar a que los métodos electroquímicos para el tratamiento del agua sean más competitivos. Los científicos analizaron cómo las tecnologías electroquímicas como la electrocoagulación, la desionización capacitiva, la electrodiálisis y la electrodesionización pueden combinarse con la generación de energía solar.
Investigadores de EE.UU. han creado una célula solar inorgánica de perovskita de haluro mixto que, según ellos, no muestra degradación térmica ni siquiera a 200 grados centígrados durante tres días. El dispositivo puede ser utilizado en células de unión en tándem y está diseñado para su uso en entornos reales con alta irradiación solar.
Las compañías han firmado un acuerdo cooperación por el cual parece que finalmente se llevará a cano la construcción de la planta, anunciada ya en 2018.
Científicos de los Estados Unidos han utilizado microondas para convertir el omnipresente material plástico de embalaje, el polietileno tereftalato, en un componente de electrodos de batería. Los investigadores dicen que los ánodos basados en el material podrían ser adecuados para dispositivos de iones de litio y de sodio.
Investigadores estadounidenses afirman haber añadido por primera vez sulfato de hierro al ácido disulfónico de antraquinona en una batería de flujo redox. Los científicos dijeron que la combinación podría conducir a un almacenamiento de flujo redox más barato y más estable por solo 54 dólares/kWh y dijeron que aactualmente puede conseguirse por 66 dólares/kWh.
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