¿Es posible integrar las crecientes energías renovables en la actual matriz eléctrica brasileña?

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El nuevo documento «Integración de las energías renovables en el sistema eléctrico brasileño«, realizado por el Instituto de Energía y Medio Ambiente (IEMA) en colaboración con la Coalición por la Energía Limpia, reconoce los retos a los que se enfrenta Brasil para incluir el creciente volumen de proyectos de fuentes renovables -solar, eólica y biomasa- en el sistema eléctrico nacional y esboza acciones clave para lograr este objetivo. En general, éstas incluyen mejoras socioambientales, regulatorias, operativas, de planificación y de fijación de precios.

La nueva nota técnica reúne los principales aspectos discutidos y presenta ideas para mejorar el sistema eléctrico brasileño. «Estamos en un momento de grandes cambios en la matriz eléctrica brasileña y, para poder acomodar el volumen de fuentes renovables ofrecido por el mercado y proyectado en el texto de la COP 28, son necesarios ajustes para mejorar el funcionamiento del sistema», afirma el director de proyectos del IEMA y autor del estudio, Ricardo Baitelo. El documento es el resultado de las reuniones promovidas por el IEMA y el Instituto de Defensa del Consumidor (Idec) en 2023 con expertos del sector eléctrico para debatir sobre la transición energética y la integración de fuentes renovables variables en el sistema eléctrico.

Recomendaciones
El papel estratégico de las centrales hidroeléctricas debe estar bien definido. Además de su ya importante contribución al suministro de electricidad, el funcionamiento de las centrales puede optimizarse para ofrecer almacenamiento de energía, potencia en momentos críticos -ayudando a equilibrar la variabilidad de las fuentes eólica y solar- y hacer frente a posibles incidencias en el transporte de electricidad.

En cuanto al transporte de electricidad, es necesaria una planificación con un horizonte superior a los cinco años actuales, para alinear el crecimiento de las fuentes renovables con la expansión de las redes, como ocurre en el Noreste, que cuenta con más de 70 GW de centrales solares que aún no han comenzado a construirse.

Además de aumentar la capacidad de transmisión, los sistemas de almacenamiento de energía son clave para impulsar la expansión de fuentes renovables intermitentes como la solar y la eólica. La instalación de bancos de baterías junto a los sistemas renovables concilia los periodos de producción y consumo de energía, equilibrando el suministro y reduciendo el despilfarro.

Los parques híbridos, que combinan distintas fuentes como la solar y la eólica o la solar y la hidráulica, también mejoran la estabilidad de la generación de energía renovable. La complementariedad de las curvas de generación de estas fuentes aumenta el factor de capacidad -la relación entre la producción en un periodo y la capacidad total máxima en ese mismo periodo- y la disponibilidad de energía.

La generación distribuida, mediante sistemas fotovoltaicos en viviendas o industrias, es la modalidad de mayor crecimiento. La curva de carga de estos sistemas se concentra durante el día, lo que obliga a sustituirla por otras fuentes cuando se pone el sol. Por ello, las nuevas tecnologías y métodos de almacenamiento de energía pueden cumplir esta función y deben incluirse en las opciones del operador nacional y de los operadores de redes de distribución.

Otra modalidad de energía despachable que contribuirá a esta resiliencia son las centrales térmicas alimentadas con biomasa. Además del suministro de bagazo de caña de azúcar para cogeneración, existe un enorme potencial sin explotar de biogás y biomasa procedente de residuos forestales y agrícolas.

«Las proyecciones nacionales e internacionales indican que los sistemas eléctricos con alta participación de fuentes renovables dependerán de sistemas de almacenamiento, como bancos de baterías o centrales hidroeléctricas con embalses», señala Baitelo. «La gran pregunta es si existe un límite a la participación de las fuentes renovables en la matriz energética. Hechos recientes, como el despilfarro de fuentes eólicas y solares y el derrame de turbinas, indican que el sector eléctrico debe adaptarse al crecimiento y perfil de generación de las renovables, con miras a potenciarlas y no a limitarlas. La tendencia es que cada vez haya más presión sobre el sistema para satisfacer los picos de demanda derivados de las olas de calor», añade.

Para ello, necesitamos un marco jurídico que remunere adecuadamente los servicios prestados al sistema por el almacenamiento de energía y otras fuentes de energía. Por último, hay que mejorar los modelos meteorológicos de previsión de la generación renovable y actualizar el software operativo para tener en cuenta la creciente diversidad de la matriz eléctrica.

Esta reorganización es esencial para situar a Brasil en condiciones de llevar a cabo su transición energética interna y contribuir a la transición global. La participación de las fuentes renovables está en consonancia con el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), celebrada en Dubai, que indica triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética para finales de esta década. Sólo falta ponerlo en práctica.

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