La autogeneración de energía solar acaba de superar la marca de 25 GW de potencia instalada en hogares, comercios, industrias, propiedades rurales y edificios públicos en Brasil. Son más de 3,2 millones de unidades consumidoras atendidas por más de 2,2 millones de sistemas solares fotovoltaicos instalados en tejados, fachadas y pequeñas parcelas.
Según la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar), desde 2012 ha habido alrededor de 125.800 millones de reales en nuevas inversiones, que han generado más de 751.200 puestos de trabajo en el período, repartidos por todas las regiones de Brasil, y representan una recaudación fiscal de 31.500 millones de reales (6,4 mil millones de dólares).
La tecnología fotovoltaica ya está presente en 5.548 municipios y en todos los estados brasileños. Según Ronaldo Koloszuk, presidente del Consejo de Administración de Absolar, la energía solar podría hacer pronto que la matriz eléctrica brasileña sea aún más limpia y renovable. “Aunque los 3,2 millones de unidades consumidoras abastecidas con energía solar distribuida sean motivo de celebración, todavía hay mucho espacio para crecer, dado que Brasil tiene cerca de 91,8 millones de unidades consumidoras en el mercado eléctrico cautivo”, comenta.
“Debemos seguir el ejemplo de los países más desarrollados en esta área, especialmente Australia, que, con buenas políticas públicas, se ha convertido en una referencia mundial en el uso de la energía solar en hogares y empresas, con alrededor del 30% de las unidades de consumo en ese país atendidas por sistemas fotovoltaicos”, señala Koloszuk.
El director ejecutivo de Absolar, Rodrigo Sauaia, destaca que el crecimiento de la autogeneración de energía solar refuerza la sostenibilidad, alivia el presupuesto de las familias y aumenta la competitividad de los sectores productivos de Brasil. “La autogeneración instalada en tejados, fachadas y pequeños terrenos, directamente en los centros urbanos y de consumo, ayuda a fortalecer y aportar más resiliencia a la red eléctrica al concentrar la generación de electricidad cerca de los lugares de consumo. Esto reduce el uso de la infraestructura de transmisión, aliviando la presión sobre su funcionamiento y reduciendo las pérdidas en largas distancias, lo que contribuye a la fiabilidad y la seguridad en momentos críticos”, explica.
“La fuente solar es, por lo tanto, una palanca para el desarrollo social, económico y ambiental del país. El crecimiento de la autogeneración de energía fotovoltaica también aumenta la atracción de capitales e impulsa la generación de más empleos e ingresos para los brasileños”, concluye Sauaia.
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