En la actualidad, la energía solar cubre menos del 1% de las necesidades eléctricas de Ohio. Sin embargo, se espera que esto cambie, ya que se prevé que en los próximos cinco años se instalen casi 8,8 GW de energía solar, principalmente a escala comercial, lo que convertirá a Ohio en uno de los cinco principales estados solares del país.
La energía solar no empezó a aumentar hasta 2010, y ahora representa más de la mitad de las nuevas incorporaciones a la red estadounidense.
Investigadores de la estadounidense Universidad de Cornell, en el estado de Nueva York, descubrieron que los módulos solares montados a 3,9 metros de altura con soja plantada debajo pueden influir positivamente en la temperatura de los paneles y en los microclimas de las granjas.
Sin embargo, casi el 90% de las empresas solares afirman haber tenido dificultades para encontrar candidatos cualificados. ¿Cómo puede Estados Unidos preparar una mano de obra cualificada?
La startup Smartville ha recibido 5,9 millones de dólares del Departamento de Energía de Estados Unidos para ampliar su programa de baterías de segunda vida.
El proveedor estadounidense de software de diseño y rendimiento solar Aurora Solar ha publicado una guía para conocer las principales causas de pérdida de energía en sistemas fotovoltaicos y cómo evitarlas.
Investigadores estadounidenses han desarrollado una nueva batería de litio-aire con electrolito sólido y potencial para alcanzar una densidad energética récord casi cuatro veces superior a la de las baterías de iones de litio. La célula de prueba demostró estabilidad durante más de 1.000 ciclos de carga y descarga.
La energía solar aún no ha cuajado en Dakota del Norte, un estado que apuesta más por la energía eólica cuando se trata de adoptar energías renovables.
Con 25 GW de energía solar en fase de desarrollo, que se suman a los 107 GW de capacidad existente en la red estadounidense, la transición energética está en pleno apogeo.
Los nuevos materiales para baterías probados por los Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y la Universidad Estatal de Florida, en Estados Unidos, podrían dar lugar a un electrolito de estado sólido más conductor y menos dependiente de una gran cantidad de metales individuales, lo que resulta eficaz para la enorme demanda del mercado de vehículos eléctricos.
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