Brasil ya ha sumado 9,7 GW de nueva capacidad de generación solar en 2023, según datos de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), consultados el 17/11. Se trata de 6,4 GW de generación distribuida (GD) y 3,3 GW de proyectos de generación centralizada a gran escala.
La nueva capacidad de GD añadida en 2023 es ligeramente inferior a la registrada en 2022: 6,9 GW entre enero y noviembre del año pasado. Pero las plantas solares de generación centralizada alcanzaron un nuevo récord y ya superaron los 2,5 GW conectados en 2022, con Brasil entrando en la era de los grandes complejos fotovoltaicos, con proyectos de más de 1 GW de capacidad.
Según agentes del mercado entrevistados por pv magazine durante Intersolar South America, la expectativa es que 2024 también repita este nivel de nuevas instalaciones en generación distribuida, de 8 GW, y que a partir de 2025 se produzca una recuperación del crecimiento.
Si se mantiene el ritmo de 8 GW de nuevas instalaciones de generación solar distribuida visto en 2022, y posiblemente en 2023, Brasil podría añadir 14 GW de capacidad fotovoltaica en 2024, con otros 6 GW de generación centralizada previstos por Aneel.
Juntos, los dos segmentos de generación solar, distribuida y centralizada, fueron capaces de satisfacer el 19% de la demanda de Brasil en el momento del mayor nivel de carga en el SIN jamás registrado.
Según la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar), la fuente solar alcanzó un total de 19.403 MW cuando la carga superó los 100 GW, impulsada por la mayor ola de calor registrada en los últimos años en el territorio nacional.
En la fecha en que se registró este nivel, parte de la carga fue cubierta por 8.505 MW de generación solar centralizada (8,4%) y 10.898 MW de generación solar procedente de micro y minigeneración distribuida (10,8%). La generación hidroeléctrica aportó 61.649 MW (61,1%), la térmica 10.628 MW (10,5%) y la eólica 9.284 MW (9,2%).
En opinión de Absolar, la simultaneidad de picos de calor con altos niveles de generación solar en centrales y tejados es una característica única de la fuente fotovoltaica, que garantiza una mayor robustez y seguridad para el sistema eléctrico en su conjunto.
“La fuente solar fotovoltaica ha sido, por tanto, fundamental para sostener el SIN en estos momentos de aumento de las temperaturas y récord de demanda. Además de proteger el bolsillo de los consumidores del uso de las termoeléctricas -que se utilizan para atender la demanda en momentos como estos, aunque sean más caras y tengan mayores emisiones de carbono-, la solar también ha evitado la generación de más gases de efecto invernadero en la generación eléctrica del país”, explica Ricardo Barros, vicepresidente de generación centralizada de Absolar.
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