Todas las centrales eléctricas en construcción de Chile son renovables y suman una inversión de US$ 6.978 millones

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Uno de cada cuatro dólares que se invierten en Chile se destina al sector eléctrico. Y por primera vez en la historia del país, el 100 % de las centrales generadoras en construcción, 33 en total, son renovables. Estas instalaciones producirán 1.839 MW de energía cuando estén en marcha y suponen una inversión de US$ 6.978 millones.

El mayor desafío de este auge es cómo gestionar la variabilidad de la producción eléctrica. La ministra de Energía de Chile, Susana Jiménez, plantea que para que este desarrollo sea sostenible en el tiempo, “nos proponemos modernizar nuestro marco regulatorio, con el objetivo de promover en el sistema una mayor flexibilidad (…) Esto significa implementar un mercado apropiado de servicios complementarios y modernizar el mercado actual”.

Hugh Rudnick, socio de Systep y académico de la Universidad de Chile, sostiene que se requerirá energía de respaldo (reserva), que puede ser entregada por centrales hidroeléctricas de embalse y centrales de ciclo combinado de gas natural licuado (GNL), pero estas últimas plantas deberán incurrir en costos adicionales, asociados a que estas centrales deberán ciclar repetidamente (encenderse y apagarse a lo largo del día).

Este académico ve lejano que la flexibilidad la provea el almacenamiento en baterías, pues estas aún son de muy alto costo de inversión.

Claudio Seebach, presidente de Generadoras de Chile, discrepa y cree que esta nueva tecnología irrumpirá antes de lo que se pensaba, y añade que el país dispondrá además de otras fuentes de respaldo como concentradoras solares -que permiten despachar 24 horas, toda la semana-; embalses de bombeo, que son una tecnología poco presente en el país, o interconexión eléctrica con otros estados, como Argentina y Perú.

Lo que no se ve en el futuro es carbón. “Hay un acuerdo con las empresas carboníferas de ir retirando esas centrales, lo que es impulsado en gran medida por un interés genuino de los grupos energéticos transnacionales (incluidos los que están en Chile) de reducir su impacto ambiental, así como por los mayores costos de inversión y operación que enfrentan estas tecnologías frente a las energías renovables”, explica Rudnick.

El Gobierno creó un grupo de trabajo para establecer un cronograma y las condiciones para el cese programado y gradual de estas plantas carboneras, explica la ministra Jiménez.

Hoy, el 43 % de la generación eléctrica del sistema es renovable y, de esa cifra, un 20 % corresponde a Energías Renovables No Convencionales (ERNC), básicamente solares y eólicas.

Las empresas, el Gobierno y los expertos coinciden en que el objetivo de la Agenda Energética de que al año 2050 el 70 % de la producción eléctrica sea renovable se adelantará. “Nuevos estudios estiman que ya en 2030, el 75 % de la generación podría ser renovable”, detalla Seebach.

En ese escenario, la energía solar aportaría el 30 % de la producción de energía eléctrica, la hidráulica otro 29 %, la eólica 12 % y la termoeléctrica (gas y carbón, principalmente), un 25 % de la matriz global al 2030. Eso implica que la capacidad instalada de fuentes solares y eólicas crezca entre 8.800 MW a 16.000 MW en 12 años más.

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