En Chile, la planta María Elena, de 72 MW, es adquirida por el fondo de inversión local WEG-4

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La central fotovoltaica María Elena, hasta ahora perteneciente a la empresa estadounidense Sunedison, fue inaugurada en 2015, y supo ser en aquel momento la mayor instalación fotovoltaica conectada al sistema eléctrico chileno, en este caso al Sistema Interconectado del Norte Grande (SING).

En su momento, María Elena requirió de 190 millones de dólares para poner operativos sus más de 200 mil módulos desplegados en un área de cerca de 185 hectáreas.

El fondo de inversiones chileno WEG-4, que entre otros está conformado por anteriores gerentes de grandes energéticas, adquiere así su tercera instalación fotovoltaica, ya que en su cartera están desde 2020 el parque San Pedro III, de 58 MW, ubicado en Calama, también en Antofagasta, y, en 2021, Doña Carmen, de 40 MW, en la Ligua, región de Valparaíso.

De San Pedro III se afirma que está caracterizada por ser una de las plantas solares con mayor factor de planta en el mundo -estimado en 42% en diciembre de 2020-, con una inyección anual al sistema eléctrico chileno de alrededor de 164 GWh. Además -se informa desde el fondo de inversiones-, se cuenta con una línea de alta tensión que conecta la subestación de energía Calama a la planta San Pedro III y a otras dos plantas renovables que pagan peaje por el uso de ésta”.

Por su parte, Doña Carmen entró en operaciones en 2017; desde entonces inyecta anualmente al sistema eléctrico alrededor de 60 GWh; “parte de esta producción cuenta con contratos de largo plazo (PPA) con distribuidoras de Chile” se aclara.

De este modo, el fondo WEG-4 alcanza una cartera de 170 MW capacidad, que representa cerca del 2,5% del total de capacidad instalada fotovoltaica en Chile.

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