El BID invierte 2,55 millones en microrredes fotovoltaicas en Moskitia, Honduras

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El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consiguió en 2017 la aprobación del Programa de Incremento  a la Energía Renovable (SREP, por sus siglas en inglés) para la financiación a favor de la Empresa Nacional de Energía (ENEE) de una microrred fotovoltaica que permita a las comunidades indígenas que pueblan la zona extender sus actividades en horas sin luz solar.

La microrred consiste en un parque de generación fotovoltaico con capacidad de 550 kW, respaldado por un sistema de almacenamiento de energía con baterías y un sistema de sincronización para la generación térmica que complementará la generación solar. La inversión del proyecto es de 2,55 millones de dólares.

La región Moskitia representa el 15 % del territorio hondureño, constituye el pulmón natural de Centroamérica, y el segundo bosque tropical húmedo más importante de América Latina y el Caribe. Abundante en bosques, agua y vida salvaje, el 96 % de los habitantes de la región pertenecen a la comunidad indígena Miskita, y en menor proporción por indígenas Tawahkas y Pech. En total, hay contabilizados 12.719 habitantes indígenas.

La zona comprende varias áreas naturales protegidas, pero destaca la Reserva de Biosfera del Río Plátano, primera en Centroamérica, con una extensión de 1,2 millones de hectáreas, que representa el 7 % del territorio hondureño, y que fue declarada en 1982 Patrimonio Mundial de La Humanidad.

La Moskitia está aislada del resto de departamentos de Honduras por la falta infraestructura vial, y tiene la menor cobertura de servicios básicos: el 50 % de la población no tiene agua potable, el 70 % presenta problemas de saneamiento y también el 70 % no tiene acceso a la electricidad.

Según Carlos Jacome, especialista regional de energía del BID en Honduras, el precio de la energía que pagan los habitantes de la Moskitia es de US$ 0,70/kWh, el más elevado del país. El promedio de la región centroamericana es de US$0,17/kWh (CEPAL, 2016).

Debido a la situación socioeconómica existente únicamente el 30 % de la población tiene acceso a la electricidad: el 20 % proveniente de una red pública o privada; el 7 % de motores individuales de combustión el 3 % de paneles solares.

El resto de la población se alumbra con velas (43 %), ocote-leña (15 %), y lámparas de queroseno (12 %), provocando ruido, contaminación al ambiente y problemas de salud a mujeres y niños. La carencia de un suministro confiable y accesible de energía impide el desarrollo productivo de las comunidades mayoritariamente pesqueras por falta de refrigeración de los productos del mar.

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