¿Qué hacer cuando se inunda una instalación fotovoltaica?

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El fenómeno meteorológico DANA, que puede producir intensas tormentas y fuertes lluvias en el Mediterráneo, ha provocado importantes inundaciones en sistemas fotovoltaicos tanto en tejados como a gran escala en la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha en España.

La exposición al agua puede tener consecuencias graves para los dispositivos eléctricos, como inversores y baterías. Puede provocar cortocircuitos, ya que el agua actúa como un conductor que une los circuitos. Incluso después de secarse, los residuos de agua pueden provocar corrosión en componentes electrónicos sensibles.

El aislamiento de cables y componentes también puede dañarse por el contacto con el agua y la abrasión causada por los residuos. Este daño puede reducir el rendimiento del sistema o provocar una falla total.

Además, el daño por agua puede comprometer las protecciones eléctricas, creando riesgos de seguridad. Además, puede erosionar el suelo alrededor de los pilotes de anclaje de una estructura, reduciendo su agarre al suelo.

Recomendaciones para tejados

La elección del lugar de instalación adecuado es crucial para evitar daños por inundaciones en las instalaciones fotovoltaicas en tejados. Nunca instale inversores y baterías en áreas propensas a inundaciones. Junto con las precauciones estructurales, también es aconsejable implementar medidas técnicas de seguridad. Los interruptores FI especiales, o disyuntores de corriente residual, pueden interrumpir automáticamente el suministro eléctrico al entrar en contacto con el agua, minimizando el riesgo de cortocircuitos y descargas eléctricas.

Un inversor que fue cubierto por agua en una inundación.
Imagen: Geração Própria

Si el sistema ya ha entrado en contacto con el agua, es importante no transitar áreas inundadas donde se encuentren equipos eléctricos, pues existe peligro de muerte por descarga eléctrica.

Cuando exista riesgo de inundaciones, es recomendable apagar el sistema fotovoltaico de forma preventiva. A la hora de revisarlo, lo recomendable es informar a un electricista cualificado o al instalador de su sistema fotovoltaico. Sólo los especialistas deben revisar el sistema y volver a ponerlo en funcionamiento después de una inundación.

Se recomienda también fotografiar cualquier daño a efectos del seguro antes de comenzar cualquier limpieza.

A pesar de que ya no estén en contacto con el agua, se deben secar completamente todos los componentes afectados. En caso de duda, se recomienda con un profesional de secado profesionales.

Después del contacto con el agua, un especialista debe inspeccionar todos los componentes del sistema. Las piezas dañadas deben repararse o reemplazarse.

Finalmente, no se debe poner en funcionamiento el sistema hasta que un especialista haya confirmado su seguridad y funcionalidad.

Plantas en suelo

En caso de plantas en suelo, lo mejor es prevenir, por lo que la medida más importante es evaluar si la ubicación presenta riesgo de inundaciones y acometer las labores de obra civil pertinentes en base al estudio hidrológico.

En España, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico ha creado los Mapas de peligrosidad y de riesgo de inundación, que se pueden consultar aquí.

No obstante, a pesar de haber escogido un sitio con bajo riesgo, puede suceder que una DANA como la que acaba de azotar España, la capacidad de los suelos para absorber y los sistemas de drenaje para mover el agua se vea abrumada, lo que provoca una gran cantidad de agua estancada.

Para mitigar daños, Asier Ukar, responsable en España de Kiwa PI Berlin, recuerda la gran importancia del estudio medioambiental e hidrológico. “En teoría, las plantas FV deberían estar ubicadas en zonas de bajo riesgo. De hecho los seguros están poniendo cada vez más condiciones para asegurar coberturas, al igual que ocurre con el impacto de granizo o nieve, fenómenos extremos cada vez más frecuentes propios hasta ahora de otras geografías como Estados Unidos”, ha dicho a pv magazine.

No obstante, a la hora de acometer la obra civil, algunas consecuencias se pueden prevenir, como implementar un sistema de drenaje o elevar la subestación y centros de transformación “En concreto, pueden verse gravemente afectados los pilotes, el cableado o los dispositivos electrónicos de las centrales de media tensión”, explica Ukar.

Hay medias adicionales que implicarían un costo extra para zonas donde las gotas frías empiezan a no ser tan excepcionales y que, aunque aumenten el gasto del CAPEX, pueden llegar a merecer la pena, como construir diques que desvíen el cauce, relevar la altura de los módulos del suelo, construir los viales con caída hacia los lados para evacuar el agua, y elevar las cajas de strings del suelo. “Para elevar los módulos hay que hincar más profundo y gastar más material (acero), y aparte de todo eso está la obra civil, que puede llegar a ser muy costosa, pero según la ubicación, el costo podría merecer la pena”, afirma.

Si la inundación ya se ha producido, la primera medida es «apagar todo en la medida de lo posible, llamar al seguro y, una vez seca la instalación, ir reconectando poco a poco las zonas afectadas según los manuales de acciones correctivas, que deberían estar definidos por la empresa de O&M y el propietario de la planta en previsión de que estos problemas puedan darse», explica.

Además, en situaciones de especial gravedad es probable que la planta necesite ser inspeccionada en su totalidad siguiendo un alcance similar al que se da en la puesta en marcha de una planta por primera vez (commissioning), con el foco principal puesto es la seguridad eléctrica.

«Si las revisiones se hacen bien y se han tomado precauciones, es posible que instalaciones afectadas por inundaciones sigan funcionando sin complicaciones», concluye Asier Ukar.

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