El aumento de la factura de la luz para los brasileños, anunciado por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), con el inicio en septiembre del llamado «nivel 2 de bandera roja», el más caro del sector, podría ser menor si no fuera por los recurrentes cortes en las plantas renovables más competitivas. Esta es la valoración de la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar).
El aumento de las tarifas se debe a la falta de lluvias y a la activación de centrales termoeléctricas fósiles más caras y contaminantes, pero también podría paliarse reduciendo los impuestos a las tecnologías de almacenamiento, capaces de aumentar la disponibilidad de fuentes renovables.
Para la asociación, este escenario pone de manifiesto la necesidad de intensificar la planificación y la inversión en infraestructuras del sector eléctrico, especialmente en líneas de transmisión y nuevas formas de almacenamiento de energía limpia y renovable, que se genera en abundancia en el país.
«Para ello, es esencial aplicar a las tecnologías de almacenamiento de electricidad el mismo tratamiento fiscal que a las fuentes renovables, ya que la carga fiscal sobre las baterías supera actualmente el 80%. Brasil está diez años por detrás del mundo en el uso de baterías y esto pone en peligro el papel de liderazgo del país en la carrera hacia la transición energética y la consolidación de una economía cada vez más robusta, competitiva y sostenible», señala Rodrigo Sauaia, director ejecutivo de Absolar.
«En cuanto a los vertidos de generación renovable (constrained-off o curtailment), son determinados directamente por el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS). Es decir, los empresarios no tienen control ni responsabilidad sobre estas decisiones, que ya representan un desperdicio acumulado de energía limpia de cerca de 1.000 millones de reales en los últimos dos años. Se trata de un gran contrasentido, ya que el país explota centrales más caras y contaminantes y, al mismo tiempo, restringe la generación solar y eólica», afirma Sauaia.
Para la organización, el uso de la energía solar y las tecnologías de almacenamiento pueden aliviar la presión sobre las tarifas eléctricas y el consecuente aumento de la inflación, que erosiona el poder adquisitivo de las familias y la competitividad de los sectores productivos.
«En este escenario, la autogeneración solar es una de las mejores soluciones para protegerse de las banderas tarifarias y aliviar así la carga de los brasileños ante la cada vez más frecuente escasez de agua», afirma Ronaldo Koloszuk, presidente del Consejo de Administración de Absolar. «La fuente solar es estratégica para la diversificación de la matriz eléctrica y el crecimiento económico y sostenible del país. Además de preservar los recursos hídricos, la energía solar es líder en la generación de empleos verdes y de calidad», añade Koloszuk.
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