El Gobierno argentino cambia el esquema de subsidios a la factura eléctrica

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La Secretaría de Energía, que depende del Ministerio de Economía, ha dado a conocer el nuevo esquema de la llamada Canasta Básica Energética (CBE), para la que fijará un porcentaje máximo respecto del ingreso familiar.

En una comunicación, se explica que la CBE “contempla las necesidades básicas de consumo de electricidad y de gas de los hogares, para cada mes del año, según su ubicación geográfica conforme al mapa de zonas bioambientales de la República Argentina -establecido por la Norma IRAM 11603- y a la conformación del hogar: de 1 a 2 personas, de 3 a 4 personas, o más de 5 personas”.

Así, se anuncia que la Secretaría de Energía fijará un porcentaje máximo que la CBE deberá representar respecto del ingreso familiar, y que, superado ese umbral, “se subsidiará al hogar hasta llegar a su canasta básica, determinada por las variables antes mencionadas”.

En el mecanismo hasta ahora vigente, se asegura en la información oficial, “los recursos se vuelcan en forma indiscriminada y generalizada”, por lo que el nuevo enfoque “contempla la capacidad de pago de las personas, para que el dinero del Estado Nacional llegue a quienes más lo necesitan”.

El comunicado cita información suministrada por el Banco Mundial, en la que se asegura que según estudios del Banco Mundial el gasto energético de los hogares en Argentina “es uno de los más bajos de América Latina y el Caribe, los argentinos destinan un 3% de su presupuesto, mientras que el promedio de la región es de un 9,5%”.

Se agrega que, además, de la región de Latinoamérica y el Caribe, el consumo per cápita de electricidad en hogares argentinos “es de los más altos, y es el país donde más barata es esa energía”.

Desde la Secretaría de Energía se asegura que el esquema de subsidios tendrá “control estricto y permanente, a través de las bases de datos del SINTyS (Sistema de Identificación Nacional Tributario y Social)”.

También que se está “trabajando para que haya un financiamiento disponible y de fácil acceso que permita que usuarios residenciales y PYMES puedan implementar medidas de eficiencia energética, ya sea mediante líneas de crédito existentes o a través de nuevos instrumentos”.

Se estima que este nuevo esquema de subsidios estará vigente a partir de abril próximo.

Entre lo que se cita como falencias del esquema actual de subsidio, aparece:

  • El sistema energético está desinvertido, desfinanciado, es ineficiente y se encuentra en riesgo de desabastecimiento.
  • El principal problema es subsidiar la oferta y no la demanda. El subsidio afecta los precios generales, y no específica y únicamente a quienes lo necesitan.
  • Las Declaraciones Juradas para la solicitud del subsidio por una única vez, no considera cambios en el ingreso del grupo conviviente. Una vez subsidiado, lo sos para siempre. No hay revisiones del estatus económico después de determinado tiempo.
  • En el segmento N2 (ingresos bajos y con mayores subsidios) no hay límite de consumo. Los usuarios pueden consumir toda la energía que deseen sin racionalizar.
  • Para el segmento N3 (ingresos medios) se estableció un límite muy alto de 400 kWh/mes -cuando el consumo promedio en el país es de 250 kWh/mes- que tampoco promueve el consumo racional.
  • Los segmentos subsidiados (N2 y N3) consumen más energía que el segmento sin subsidio (N1).
  • Otorgar beneficios sin límite de consumo, deriva en consumos ineficientes y en un mal uso de los recursos, saturaciones del sistema y cortes en los suministros.
  • Los subsidios generalizados al sector de la generación de energía, nos han dejado a todos los argentinos en una situación crítica, con un sector energético que no se autofinancia y requiere aportes del Tesoro Nacional para mantenerse: +104 mil millones de dólares en los últimos 20 años, es decir, un promedio de +5 mil millones de dólares por año.
  • Balanza comercial energética deficitaria de 30.000 millones de dólares en los últimos 10 años.
  • No se refleja en la factura el “verdadero costo” de la energía suministrada, lo que tampoco alerta ni concientiza sobre el uso de la energía.
  • Se establecieron límites de aumento de precios por debajo de los índices de Variación Salarial. A mayor inflación, más crece el porcentaje de subsidio por parte del Estado Nacional.
  • No se contempló una segmentación por zona bioclimática. Se consideró una necesidad de energía equivalente en todo el ámbito de jurisdicción nacional.
  • Tampoco se estimó la variación de necesidad entre Gas y Electricidad que hay a lo largo del país. Se considera el mismo porcentaje de consumo para todos.
  • Esto genera un crecimiento en el riesgo percibido por el sector privado, lo que aleja o encarece las inversiones en el sistema.
  • Hay superposición de subsidios a la energía: un usuario que se encuentra en situación de vulnerabilidad económica puede estar recibiendo hasta tres beneficios de manera simultánea: Tarifa Social, RASE (Registro de Acceso de Subsidios a la Energía) y Zona Fría.

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