Panamá y sus rostros del sector fotovoltaico

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Vicente Puga, Gerente General de Pass

Hoy retomamos nuestra sección editorial “Los rostros del sector fotovoltaico” para nuestro portal de América Latina, que ha sido implementado en nuestro sitio web hermano en pv magazine México, desde octubre de 2020.

Y en esta ocasión nuestra invitación editorial ha sido aceptada por la empresa panameña Pass, una entidad comercial en operación desde el año de 1995, y que hoy dirige Vicente Puga, quien a través de una entrevista nos ofrece sus testimonios sobre lo que sucede en el mundo fotovoltaico de ese gran país centroamericano: “En Panamá nuestra industria sigue creciendo, pero de manera lenta debido a la resistencia y aún desconocimiento de las autoridades, pero hay buenas perspectivas.”

Y este primer testimonio es respaldado justo por el crecimiento que ha registrado Pass, pues en sus inicios la empresa inició operaciones con tan solo cuatro colaboradores y hoy el equipo lo conforman 34 profesionales, pero durante los primeros años de trabajo nada fue fácil, según nos comenta Vicente: “En el primer año no facturamos ni un dólar, todo fue gastos y viajes promocionales. Casi nadie conocía los paneles solares ni creían que funcionaran para aplicaciones prácticas. Durante aquellos tiempos la competencia era nula y sólo existían dos empresas más, de las cuales ninguna existe hoy.”

Foto: Pass

El surgimiento de empresas como la de nuestro entrevistado, pero también su desaparición en el vasto mercado de América Latina tienen orígenes comunes: “Me parece que la causa principal de su desaparición es la falta de conocimiento real de la tecnología, la falta de capacitación y la ejecución de malos trabajos.”

Superar retos y conquistar logros para Pass no han sido fácil: “Los principales retos en el origen fueron el desconocimiento e incredulidad de las personas y las autoridades, los altos costos de la energía solar en nuestros inicios y la falta de mercado fueron los retos principales, pues solo existía un pequeño mercado aislado.” Pero a la postre, los logros han sido relevantes: “Fuimos los primeros en lograr que se implementaran proyectos de electrificación rural en diversas entidades para áreas aisladas, tanto en electrificación de viviendas, iluminación pública, refrigeración de vacunas y bombeo de agua solar.”

Al solicitar a Vicente Puga cómo describiría la trayectoria de su empresa en Panamá, él afirma de manera categórica: “De constante aprendizaje y crecimiento, hemos visto cómo ha crecido y mejorado la industria solar y sus múltiples aplicaciones. Hoy en día es muy sencillo realizar soluciones que antes no era posible y los costos han bajado muchísimo.”

A nivel general, Panamá también tiene grandes áreas de oportunidad en el sector financiero para respaldar el crecimiento de las empresas del sector fotovoltaico en el grupo de Generación Distribuida. Sobre el respaldo del sector público o privado, Vicente nos comparte sus impresiones: “El apoyo es muy poco, se habla bastante en foros, pero en la práctica no hay muchos resultados todavía. Todo depende principalmente del cliente, más que de la tecnología. Falta mucho más interés real de los programas gubernamentales, hablan muy bonito, pero en la práctica no aterrizan y parece que no hay interés real, es más bien propaganda. No obstante, la industria fotovoltaica ha mejorado muchísimo en todos los aspectos desde las áreas sociales y empresariales, me parece que hay que mantener esas mejoras constantes para que todos se den cuenta que la industria fotovoltaica es una de las mejores soluciones actuales para el futuro, para satisfacer las necesidades energéticas.”

Foto: Pass

Hoy Pass, la firma que comanda Vicente Puga, tiene un gran proyecto de energía fotovoltaica para uno de los sectores sociales más importantes y poco atendidos en el país y del cual suele hablarse casi nada, un proyecto en el que comparte esfuerzos con instituciones multilaterales: “El proyecto de iluminación con energía solar para los centros penitenciarios la Joya, la Joyita y los Algarrobos, han sido implementados en cooperación con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Ministerio de Gobierno, los cuales son los encargados de los centros penitenciarios en Panamá. Este primer paso consistió en 140 luminarias de 10 metros de altura y lámparas de 120 watt, que operan toda la noche durante todo el año, para mantener iluminadas las áreas periféricas de las secciones de los internos, para aumentar la seguridad en estos centros y mantener la iluminación en los casos de apagones o fallas eléctricas. Estas luminarias cuentan con un panel solar de 455 watt y baterías de litio. La operación de las lámparas es 100 por ciento automática e independiente de la red eléctrica pública.”

 

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