¿Se acabaron las grandes subastas en América Latina?

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Al principios de febrero, el nuevo gobierno mexicano dirigido por Andrés Manuel López Obrador anunció la cancelación definitiva de la cuarta subasta de largo plazo para las energías renovables, después de haberla aplazado en diciembre, que era el mes en que inicialmente iba a celebrarse.

En Argentina, el gobierno lanzó en noviembre una tercera “mini” ronda de licitaciones del Plan RenovAr de energías alternativas, después de haber anunciado la suspensión de las rondas principales del programa en agosto, atribuyendo a las restricciones de la red y las difíciles condiciones de financiamiento la razón de tal decisión. A pesar de haberse asignado 400 MW de potencia en la mini ronda, los volumenes licitados fueron inferiores en casi la mitad con respecto a las rondas anteriores.

En Brasil, la última subasta se hizo en abril del año pasado, mientras en Chile la última licitación tuvo lugar en noviembre de 2017.

Con la solar excepción de Colombia, que se apresta a finalizar su primera subasta el próximo 26 febrero en la que se podrían contratar hasta 1,5 GW de proyectos de energía renovable, ninguno de los cuatro países antes mencionados tiene una fecha o un programa claro para futuras subastas y de momento se desconoce por completo no solo cuándo  podrían ser convocados nuevos certámenes, sino si también si estos tendrán lugar de nuevo.

Si en Brasil y México las vacilaciones actuales se pueden atribuir a los recientes cambios de gobierno, y al hecho de que ni Jair Bolsonaro ni Obrador hayan definido aún con claridad sus respectivos planes en tema de renovables, en Argentina la reducción del tamaño de la tercera ronda y la falta de una nueva fecha parece más bien atribuible al cuadro macroeconómico del país y a las dificultades de financiamiento debidas a la caída del peso. En cuanto a Chile, el segmento de los proyectos de hasta 9 MW bajo el regimen para pequeños productores (Pequeños Medios de Generación Distribuida) está asegurando buenos niveles de desarrollos, lo cual no impone ninguna urgencia para que nuevas licitaciones sean convocadas.

En el intento de descubrir si estamos en presencia de una tendencia macrorregional, hemos hablado con el Jefe de Investigación de América Latina en BloombergNEF, James Ellis, según el cual se puede hablar clara y rotundamente de un fenómeno común a las mayores economías de América Latina.

Los factores macroeconómicos

“A pesar de los diferentes factores a nivel local, esta tendencia está relacionada con varios desafíos interrelacionados con la adopción de energías renovables,” dijo a pv magazine. “Por supuesto, las consideraciones macroeconómicas son importantes. La profunda recesión de Brasil significó que no se realizaron subastas durante dos años, ya que el crecimiento se detuvo y, de manera similar, la crisis macroeconómica en Argentina en 2018 significó que el país sufrió su segunda recesión en tres años. Así que los fundamentos económicos son claramente un factor determinante,” agregó.

Faltan capacidad de red e interconexiones

Aunque los factores económicos puedan ser parte del problema, el verdadero punto débil es el sistema eléctrico de América Latina. “Lo más importante son los cuellos de botella en la transmisión, la falta de interconexión y los “dolores de crecimiento” que resultan,” explicó Ellis. “Los primeros fueron un factor importante detrás de la decisión de Argentina de cancelar y luego reducir el tamaño de Renovar 3, mientras que la falta de interconexión ha sido el principal desafío para la integración de las energías renovables en Chile,” agregó. Según él, ademas, Brasil es el país que tiene menores problemas en este sentido, ya que tiene subastas de transmisión regulares.

“Pero en general, los reguladores y los formuladores de políticas en la región han tenido éxito en la creación de incentivos apropiados y estructuras de mercado que conducen a la creación de energías renovables en las áreas con grandes recursos, pero se ha prestado menos atención a la integración y los problemas sistémicos,” afirmó también. “Desafortunadamente, la cancelación en México de la licitación de la línea de transmisión de CC de alto voltaje para conectar los recursos eólicos de Oaxaca a la región de la capital es otro signo de esto. Dichas expansiones de red son necesarias para fomentar un mayor desarrollo de las energías renovables,” concluyó.

Las subastas de países latinoamericanos como México y Chile, hay que recordarlo, han producido unos precios finales para la energía solar que son entre los más bajos del mundo.

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