Las fuentes renovables alcanzaron el 50 % de la matriz energética brasileña en 2024, un avance del 0,9 % con respecto al año anterior, según el Ministerio de Minas y Energía (MME). La matriz energética abarca, además de la generación y el consumo de electricidad, otros usos de la energía en procesos como la combustión en sectores como la industria y el transporte. Con esta cifra, Brasil tiene una participación de energías renovables casi cuatro veces superior a la media mundial del 14,2 % y a la registrada en los países de la OCDE (13 %).
Este crecimiento de la participación de las energías renovables se vio impulsado principalmente por la expansión de la energía solar, que registró un aumento del 33,2 %, seguida de la eólica (12,4 %) y los aceites vegetales (28,35 %). Al mismo tiempo, el consumo final de derivados del petróleo y del gas natural cayó un 0,7 % y un 3,4 %, respectivamente.
Los datos forman parte de la edición de 2025 del Resumen Energético Brasileño, publicado por el MME.
La Oferta Interna de Energía (OIE) alcanzó su nivel histórico más alto en 2024, llegando a 322 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep), con un crecimiento del 2,4 % en relación con 2023. El consumo de electricidad aumentó un 5,5%, de 53 millones de toneladas equivalentes de petróleo en 2023 a 55,9 millones en 2024.
La energía solar pasó a representar el 2,2 % de la matriz energética brasileña a finales de 2024, con 7,2 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep); en la matriz eléctrica, actualmente, la participación de la energía solar es del 23 %, con 60 GW de los 256 GW en operación en el país, incluidas las micro y minicentrales de generación distribuida.
En el sector del transporte, el consumo final de energía creció un 2,7 %, destacando el uso de biocombustibles: el etanol registró un aumento del 15,6 % y el biodiésel, del 19,2 %. Este movimiento se vio reforzado por la aprobación de la Ley del Combustible del Futuro (14.993/24), que establece mandatos para los biocombustibles, el biometano y el diésel verde.
En el campo de la eficiencia energética, Brasil mostró una evolución constante. El Índice ODEX, que mide las ganancias de eficiencia del país, indica que en 2023 éramos un 11,8 % más eficientes que en 2005. Este resultado es fruto del fortalecimiento de las políticas y programas gubernamentales, como el Programa Nacional de Conservación de Energía Eléctrica (Procel), que desde 1986 ha ahorrado alrededor de 263 mil millones de kilovatios-hora (kWh).
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