El Ministerio de Minas y Energía publicó este viernes para consulta pública la versión inicial del texto que establece las directrices para la celebración de una subasta de capacidad de reserva en forma de energía para sistemas de almacenamiento en baterías, la LRCAP de Almacenamiento 2025. El concurso tendrá lugar en junio de 2025.
Para participar, los proyectos deben estar registrados y solicitar la calificación técnica a la Empresa de Estudios Energéticos (EPE), según unas instrucciones que aún no se han publicado. Los proyectos deben tener al menos 30 MW de capacidad instalada, coste variable unitario cero, acceso a la red de transmisión con capacidad para transportar la potencia inyectada y una capacidad operativa mínima de 4 horas.
Se negociarán contratos de suministro a 10 años, con entrega a partir del 1 de julio de 2029.
El compromiso de entrega de potencia máxima disponible debe ser igual a 4 horas diarias, definidas por el Operador Nacional del Sistema Eléctrico en la etapa de programación diaria o de operación en tiempo real, con garantía del tiempo de recarga del proyecto. El ONS podrá despachar el recurso por más de 4 horas diarias con potencia proporcionalmente inferior a la disponibilidad máxima.
Los proyectos serán remunerados con una renta fija anual pagada en 12 cuotas mensuales, que podrá ser reducida en hasta un 30% en función del desempeño del sistema en los meses anteriores, que deberá ser monitoreado por el ONS.
Según el texto sometido a consulta pública, no habrá compensación financiera por restricción para los sistemas de almacenamiento que presten servicios auxiliares en caso de descarga total o parcial de las baterías debido a restricciones de la red.
El proyecto de directrices también define que la cantidad total de Reserva de Capacidad a ser contratada será definida por el MME, con base en estudios de la EPE y del ONS, de acuerdo con los criterios generales de garantía de suministro establecidos por el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE).
«La Subasta de Reserva de Capacidad en 2025 abrirá nuevas oportunidades para el sector de almacenamiento en Brasil, consolidando esta solución como esencial para la flexibilidad operacional del sistema eléctrico y para la modernización de la matriz energética del país. Esta primera Subasta ciertamente proporcionará el estímulo necesario para el crecimiento de la cadena productiva del almacenamiento, desde la fabricación nacional o extranjera, pasando por los diversos servicios de ingeniería, la industria metalmecánica, la electrónica y varios otros servicios», afirmó Markus Vlasits, presidente de la Asociación Brasileña de Soluciones de Almacenamiento de Energía (ABSAE).
Esta semana, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) actualizó su agenda regulatoria, aplazando hasta 2025 los ajustes reglamentarios para la inclusión de los sistemas de almacenamiento en el SIN.
«El almacenamiento de electricidad puede ayudar a reforzar estructuralmente la seguridad del sistema eléctrico brasileño. Además, los sistemas de almacenamiento pueden combinarse con fuentes solares para dar a los consumidores más independencia, autonomía, versatilidad y control sobre su uso de la electricidad», comenta el director general de la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar), Rodrigo Sauaia.
Para la asociación, las tecnologías de almacenamiento pueden ayudar a reducir el uso de centrales termoeléctricas fósiles de emergencia y salvar los embalses hidroeléctricos, beneficiando a los consumidores con tarifas más bajas a lo largo del tiempo. Además, los sistemas de almacenamiento ayudan a aumentar la participación de fuentes renovables más limpias y competitivas en la matriz eléctrica brasileña, incluyendo la solar.
«En medio de la crisis climática que ya está teniendo un fuerte impacto en Brasil, la energía solar ha superado los 47 GW de capacidad instalada. Como resultado, ya ha evitado la emisión de 57 millones de toneladas de CO2 en la generación de electricidad. Al combinar la generación fotovoltaica con baterías, podemos reducir la necesidad de centrales termoeléctricas fósiles de emergencia, con la consiguiente reducción de la emisión de contaminantes y gases de efecto invernadero, mejorando la calidad del aire para la población», añade.
Otro beneficio del almacenamiento es la posibilidad de reducir el desperdicio de energía renovable, cuyos proyectos han sufrido cortes recurrentes determinados por el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS). En vez de ser desperdiciada, esta energía renovable y competitiva podría ser almacenada para ser utilizada cuando el sistema la necesite.
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