Las tecnologías fotovoltaicas en alta mar se probaron por primera vez bajo las severas cargas de olas generadas por Delta Flume, un canal artificial de 300 m de longitud con un generador de olas capaz de producir olas de hasta cinco metros de altura. Las pruebas están destinadas a estandarizar los procesos de ensayo y certificación para los sistemas fotovoltaicos flotantes en alta mar.
Investigadores en Brasil instalaron una cadena vertical de termistores con seis registradores de temperatura debajo de una planta de energía solar flotante y en un sitio de referencia cercano. El sistema también registró oxígeno disuelto y radiación fotosintéticamente activa para evaluar los impactos ambientales.
Un equipo internacional de investigación ha desarrollado un método de teledetección basado en índices para observar las tendencias en el desarrollo global de la fotovoltaica sobre agua. Ha encontrado que China representa actualmente el 80% de la capacidad total instalada a nivel mundial.
Un estudio de PSR estima que el potencial económico varía entre 17 GW, en un escenario de precios fijos, y 24 GW, cuando se considera el promedio histórico de los precios spot de electricidad en Brasil. Los sistemas flotantes pueden reducir la evaporación del agua entre un 30% y un 50%, dependiendo del área cubierta del embalse, contribuyendo a la conservación de agua para la generación hidroeléctrica.
Los científicos han probado el rendimiento de paneles fotovoltaicos flotantes a una altura de 800 mm y 250 mm por encima de sus estructuras flotantes. Su rendimiento térmico y eléctrico se comparó con el de un sistema terrestre de referencia y se comprobó que el panel más alto mostraba el mayor efecto refrigerante.
Unos investigadores han desarrollado una técnica de tres pasos para estimar las pérdidas de generación eléctrica en parques fotovoltaicos flotantes derivadas de los cambios de inclinación y las pérdidas por desajuste. El nuevo módulo se probó en un montaje experimental y demostró que las pérdidas de electricidad dependen principalmente tanto del diseño del sistema como de su ubicación.
Investigadores de Arabia Saudí han comparado el rendimiento de las plantas fotovoltaicas montadas en tierra con el de las instalaciones solares marinas y han descubierto que las instalaciones flotantes se benefician del efecto refrigerante del agua del mar.
Un equipo internacional ha investigado el potencial para desplegar fotovoltaica flotante en centrales hidroeléctricas de Ecuador, encontrando 11 de 70 emplazamientos que podrían albergar al menos 15 MW hasta 200 MW.
Un estudio sobre el impacto antes-después realizado en seis lagos franceses durante tres años ha revelado que la cobertura fotovoltaica reduce la temperatura del agua en 1,2 ºC de media. La reducción de la temperatura del agua también se produjo en zonas de los lagos que no estaban cubiertas con módulos.
Investigadores italianos han analizado la viabilidad tecnoeconómica de potenciar tres centrales hidroeléctricas de bombeo en Italia con energía fotovoltaica flotante en la cuenca baja. Dicen que, con sus amplios resultados, las consecuencias podrían extrapolarse a regiones similares.
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