Brasil apuesta fuerte por las baterías

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De pv magazine 07 & 08/2025

La implantación de la energía solar ha sido un éxito en Brasil, pero la necesidad de aumentar la capacidad de almacenamiento de energía en baterías es cada vez más urgente.

El mercado brasileño del almacenamiento de energía se encuentra en un punto de inflexión. Impulsado por el aumento de las facturas de energía, la inestabilidad de la red eléctrica y la búsqueda de una mayor autonomía, se espera que el sector crezca exponencialmente de aquí a 2030, incluso en ausencia de una regulación definitiva. La Asociación Brasileña de Soluciones de Almacenamiento (ABSAE) estima que el país podría alcanzar los 25 GW de capacidad instalada y atraer 44 000 millones de reales brasileños (8000 millones de dólares) en inversiones durante este periodo. La combinación de la generación distribuida, la electromovilidad, los fenómenos meteorológicos extremos y la presión por la fiabilidad energética está configurando un nuevo perfil de demanda que requiere soluciones escalables, flexibles y económicamente viables.

En este contexto, pv magazine Brasil se puso en contacto con ejecutivos de empresas que operan en el país para conocer sus planes en materia de tecnología y desarrollo industrial, así como los retos a los que se enfrentan. Estas conversaciones revelaron un sector en transición que apuesta por la tecnología, la financiación y los nuevos modelos de negocio para mantener su trayectoria de crecimiento.

El reto del almacenamiento

El costo de la tecnología de almacenamiento en Brasil ha ido disminuyendo de forma constante: los precios medios de las baterías cayeron un 20 % en 2024, hasta alcanzar los 115 dólares/kWh, y se prevé que alcancen los 69 dólares/kWh en 2030. Las elevadas tarifas energéticas —según la Asociación Brasileña de Comercio de Energía (Abraceel), los costos energéticos ascienden a una media de 308 reales brasileños (55 dólares) por MWh para los consumidores del mercado regulado— y la frecuente falta de capacidad de transmisión son factores que hacen del almacenamiento una herramienta prometedora para reducir costos, mejorar la fiabilidad del suministro y aumentar el autoconsumo. Este escenario favorece las aplicaciones en diversos segmentos, desde el residencial hasta el industrial, pasando por las comunidades aisladas y los servicios de red.

Aun así, Brasil está viviendo una paradoja. Si bien la necesidad técnica y económica de las baterías es cada vez más evidente, el mercado sigue frenado por un vacío normativo. La falta de normas claras sobre la concesión de licencias, la conexión, el uso de la red y la remuneración por los servicios prestados por las baterías, como el arbitraje energético, la reserva de capacidad y los servicios auxiliares, inhibe la inversión y retrasa el desarrollo de un sector estratégico.

La Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) de Brasil, organismo responsable de regular y supervisar el sector eléctrico brasileño, lanzó una consulta pública sobre los obstáculos normativos en la segunda mitad de 2023, pero esto aún no ha dado lugar a una regulación efectiva. Según representantes de la Aneel y del Ministerio de Minas y Energía (MME), no se espera que la subasta de reserva de capacidad de baterías, inicialmente prevista para 2025, se celebre hasta 2026.

Configuraciones modulares

La tecnología de baterías de litio-hierro-fosfato (LFP) ya se ha consolidado como estándar entre los fabricantes que operan en Brasil para aplicaciones residenciales, comerciales e industriales. Para Marcello Schneider, director de vehículos comerciales y energía solar del fabricante chino de baterías BYD, las baterías LFP ofrecen robustez, seguridad y un excelente rendimiento térmico.

Caio Lentini, director de operaciones de Deye, otro fabricante chino que opera en Brasil, afirmó que la empresa ya comercializa soluciones que van desde los 2 kWh hasta los 5 MWh, con la posibilidad de conexión modular para sistemas más grandes. La flexibilidad es un atributo clave: los sistemas autónomos, los híbridos y los modelos de respaldo inteligente están ganando terreno con soluciones adaptadas a cada perfil de consumidor. La integración vertical parcial o total de la cadena de suministro también es una estrategia competitiva. Carlos Trotta, director nacional del proveedor chino de baterías Dyness, señaló la importancia de desarrollar un sistema inteligente de gestión de baterías (BMS) y sistemas de extinción de incendios.

Expansión industrial

También destacan empresas con operaciones locales, como la brasileña UCB Power. UCB Power produce más de 72 000 baterías de litio al año y es el primer fabricante nacional de tecnología LFP de Brasil, según el director de ingeniería de productos de la empresa, Roberto De Luca.

El modelo «BESS como servicio», en el que los consumidores acceden a las ventajas del almacenamiento sin tener que comprar el equipo directamente, está ganando terreno entre los fabricantes e integradores de Brasil. Lentini, de Deye, señaló una batería que funciona con este formato en el estado norteño de Pará.

Otros importantes fabricantes de baterías aún no cuentan con instalaciones de producción en Brasil, pero están aumentando su presencia en el país. Robson Meira, director nacional de Fox ESS Brasil, destacó la línea GMAX de la empresa, que ya se ha implementado en fábricas y estaciones de recarga. Roberto Valer, director de tecnología de Huawei, destacó la asociación de la empresa con el distribuidor local Matrix Energia como ejemplo de una oferta de almacenamiento sin venta directa a los clientes finales, con 70 MWh ya entregados y 200 MWh en proyecto. Gabriella Reigada, directora general de SecPower, también confirmó que la empresa está desarrollando soluciones con este modelo.

A pesar de que el panorama normativo sigue sin estar definido, el mercado está empezando a moverse. La capacidad de almacenamiento instalada en Brasil se triplicó entre 2023 y 2024, según la consultora energética Greener, aunque sigue estando por debajo de 1 GWh. El crecimiento se produce principalmente en sistemas aislados (70 % del total), pero también hay avances en los segmentos comercial e industrial. Los principales impulsores son la fiabilidad operativa, el ahorro en las tarifas (mediante el desplazamiento de la carga y la reducción de picos), los procesos de descarbonización y la reducción de los costos del diésel en zonas remotas.

Grandes expectativas

La madurez regulatoria de la generación solar distribuida, los indicios de caída de los precios del litio y las expectativas en torno a las subastas están posicionando al sector para un nuevo ciclo de inversiones. Schneider, de BYD, afirmó que «las baterías desempeñarán un papel estratégico en un escenario de expansión acelerada de la generación solar y eólica, contribuyendo a la fiabilidad del sistema y permitiendo operaciones más flexibles, como las del mercado libre».

Valer, de Huawei, señaló la importancia del almacenamiento para la regulación de la frecuencia, el control del voltaje y el apoyo a la alta penetración de las energías renovables.

En una audiencia pública en la Cámara de Diputados, Aneel dijo que planea publicar la primera norma de almacenamiento en la segunda mitad de 2025, que abarcará las reglas de concesión y conexión, los modelos de contrato, la remuneración por los servicios prestados con la posibilidad de acumulación de ingresos y las directrices para futuras subastas. Además, el gobierno ha propuesto contratos de 10 años, con suministro a partir de julio de 2029 y cuatro horas diarias de despacho bajo el mando del operador del sistema eléctrico. El sector espera que esta iniciativa sea uno de los resultados de Brasil para la conferencia COP 30, que se celebrará en la ciudad costera de Belém en noviembre de 2025.

Llamamientos a la urgencia

Las oportunidades se multiplican con la perspectiva del aumento de la capacidad de almacenamiento en la región amazónica, la integración con los vehículos eléctricos (vehículo a red y vehículo a hogar), las plantas híbridas con energía solar y eólica, y la producción de hidrógeno verde. El Plan Decenal de Energía (PDE) 2034 ya prevé la necesidad de 5,5 GW adicionales de capacidad de generación para 2028 y 35 GW para 2034. La reducción de la cuota de las centrales hidroeléctricas y el aumento de las energías renovables intermitentes hacen que la adopción de sistemas de almacenamiento sea una cuestión urgente.

En general, las fuentes destacan la urgente necesidad de seguridad jurídica, modernización normativa e incentivos claros. Las tecnologías están listas. Lo que falta es la estabilidad para ampliar su escala. Brasil cuenta con todos los ingredientes necesarios: una base solar en crecimiento, tarifas energéticas elevadas, regiones con baja fiabilidad eléctrica y una industria dispuesta a invertir. El elemento clave que aún debe consolidarse es la regulación: clara, moderna y valiente.

 

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