La innovación, clave en Caucharí, la mayor planta fotovoltaica de Argentina

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El director de Caucharí Solar, Guillermo Giralt, supervisa el proyecto, de 200 millones de dólares.

Imagen: Caucharí Solar

pv magazine: La planta solar de Caucharí es la mayor instalación fotovoltaica de Argentina. Actualmente se está ampliando el proyecto de 300 MW a 500 MW. ¿Cómo avanzan los trabajos?

Hoerth: El gobierno provincial está revisando el contrato de compraventa de energía (PPA) para la venta de energía a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA). La resolución final debería ser emitida en las próximas semanas y el PPA debería ser firmada entonces. Tendremos un plazo para la construcción del plan de entre 500 y 600 días a partir del cierre financiero. En comparación con los proyectos Caucharí I, II y III, que sumaban 300 MW, las plantas Caucharí IV y V contarán con varias innovaciones tecnológicas, incluyendo el almacenamiento.

Giralt: Las instalaciones de Caucharí IV y V tendrán una capacidad de 100 MW cada una e incluirán sistemas de almacenamiento por un total de 30 MW/100 MWh. Ello va a ayudar a CAMMESA a estabilizar su red. Además, la planta solar utilizará módulos bifaciales de mayor potencia, en comparación con Caucharí I, II y III. Ocupará menos superficie para la misma capacidad que el primer proyecto.

Huawei ha suministrado sus inversores para la primera fase del proyecto. ¿Será también el proveedor de la segunda fase?

Giralt: Para el proyecto se han utilizado inversores de string de Huawei. Hay muchas razones técnicas y logísticas por las que hemos elegido este tipo de inversores. Fundamentalmente, la planta está situada a 4.200 metros sobre el nivel del mar y a tres horas y media de San Salvador de Jujuy, que es la ciudad más cercana. La única ruta para llegar a la planta es de mal acceso y el mantenimiento de los inversores centrales para 300 MW de energía solar requeriría entre seis y ocho personas, que tendrían que estar allí todos los días. Los inversores centrales son artefactos muy sofisticados que sólo pueden ser manejados por personas muy especializadas y los profesionales de este tipo no van a vivir en ciudades como la que lleva a cabo el proyecto de Caucharí. Así que la idea era tener inversores que permitieran realizar operaciones de mantenimiento con personas con poca formación y, en ocho minutos, dos personas pueden cambiar un inversor de cadena. En la primera fase, utilizamos inversores con una potencia de 50 kW y en la segunda fase, utilizaremos dispositivos de 215 kW. Por otra parte, la potencia de los inversores en el mercado ha seguido la tendencia que hemos visto para los módulos. En Caucharí I, II y III utilizamos módulos con una potencia de 330 W, y ahora tenemos previsto utilizar paneles con una potencia que va de 540 W a 570 W.

¿Qué ventajas aportará este nivel de innovación?

Giralt: Bueno, como he dicho, necesitaremos menos superficie, estructura y cables para la segunda parte del proyecto, lo que significa que la instalación tendrá menos pérdidas eléctricas y un mayor rendimiento energético. En consecuencia, el coste nivelado de la energía de Caucharí IV y V es entre un 20% y un 25% inferior al de los proyectos Caucharí I, II y III. Sin embargo, el PPA también incluye la contribución de las baterías, para las que tenemos previsto invertir unos 20 millones de dólares.

La primera fase del proyecto representó un hito importante en el panorama energético de Argentina. ¿Podría dar algunos detalles sobre esta instalación de 300 MW?

Giralt: Los 300 MW de la instalación son generados por paneles policristalinos PERC suministrados por la china Talesun. El emplazamiento del proyecto tiene una irradiación de entre 1.000 W/m2 y 1.200 W/m2 con temperaturas cercanas a los cero grados. Estas condiciones aumentan el rendimiento y la eficiencia de los módulos solares. El proyecto fue seleccionado por el gobierno argentino en la primera ronda del programa RenovAr para energías renovables a gran escala. Esta parte de la planta está vendiendo electricidad a CAMMESA a un precio de 60 dólares por MWh en virtud de un PPA de 20 años, para la segunda planta, tendremos condiciones diferentes, ya que también integraremos baterías. La planta fue construida a más de 4.000 metros de altura, donde hay menos oxígeno. Eso podría dar lugar a problemas de desclasificación y todas las partes electrónicas de los inversores Huawei están selladas y el módulo de potencia tiene refrigeración por convección. Son inversores muy bien preparados para mantener bajas temperaturas en la sección de potencia, sin necesidad de ventiladores. Así, aunque el parque solar esté a 4.000 metros de altitud, los inversores no tienen problemas de disminución de la corriente y gastan menos energía en refrigeración, lo que supone una mejora del rendimiento del 3% y eso significa muchas más ganancias económicas.

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