De ESS News
Las actuales estructuras de garantía de BESS suelen limitar la flexibilidad operativa, restringiendo cómo pueden usarse los activos, incluso cuando técnicamente son capaces de más.
A diferencia de las garantías comerciales, que son de corto plazo y normalmente cubren defectos de componentes al inicio de la vida útil del activo, las garantías de desempeño se extienden hasta 25 años y aseguran estándares operativos específicos a lo largo del tiempo. Sin embargo, estas condiciones a largo plazo pueden restringir significativamente la capacidad de monetizar plenamente los activos BESS. Como resultado, las garantías de desempeño se han convertido en uno de los temas más críticos y polémicos en la gestión de estos activos hoy en día.
Este mismo asunto fue el eje de una discusión en profundidad en la conferencia ‘Get Enspired! 2025’, celebrada en Berlín la semana pasada.
La perspectiva de un desarrollador
“Si conduces un Ferrari en primera marcha, no lo estás aprovechando al máximo”, afirmó Constantin Vana, cofundador del desarrollador austríaco BlackVolt, resumiendo la frustración de la industria con los términos rígidos de las garantías.
Blackvolt, en cambio, aboga por garantías dinámicas basadas en el uso, es decir, marcos que se adaptan anualmente a la forma en que realmente se opera un sistema. Según los desarrolladores, con estas estructuras más realistas pueden desbloquear hasta un 20% más de ingresos, especialmente mediante la acumulación de ingresos en diversos mercados —desde la Reserva de Contención de Frecuencia (FCR) hasta la Reserva Automática de Restauración de Frecuencia (aFFR) y la negociación mayorista cada cuarto de hora.
Los representantes de Blackvolt también subrayaron que las garantías deben considerar la repotenciación del sistema en torno al año 10, sobre todo en activos con una vida útil de 20 años. Al incluir estas mejoras en la expectativa de desempeño, los desarrolladores pueden mantener la producción sin violar los umbrales contractuales.
Esto resulta esencial para proyectos que dependen de la acumulación de ingresos, en los que diferentes servicios requieren profundidades de ciclado y rangos de estado de carga variados.
Por último, la flexibilidad en las garantías es importante porque da libertad operativa para cumplir futuras normativas de mercado, necesidades del sistema o códigos de red.
“Manejar un BESS con una garantía inflexible es como pagar alquiler todo el año por una tienda de paraguas, pero estar obligado a mantener siempre el mismo stock; así, cuando llega la semana de lluvia, vendes todo en la primera hora y te pierdes la ganancia”, explicó Gregory Green, socio gerente de BlackVolt.
Diseño para el uso real
Algunos integradores de BESS están respondiendo ajustando la forma en que estructuran las garantías de desempeño. Un cambio importante consiste en alejarse de los simples conteos de ciclos a plena potencia. Si bien las garantías basadas en ciclos completos de carga/descarga a la potencia nominal pueden parecer sencillas, a menudo no reflejan las condiciones reales de operación y pueden imponer un estrés térmico innecesario al sistema.
Trina Storage, por ejemplo, ha adoptado el concepto de promedio móvil, ofreciendo garantías de desempeño flexibles que reflejan de manera más precisa el comportamiento operativo. Un elemento clave de este enfoque es definir los ciclos a partir de una tasa de carga/descarga de 0,5C durante un periodo de 24 horas, incluyendo los tiempos de reposo entre ciclos.
En vez de permitir cuatro ciclos diarios a máxima potencia (algo técnicamente posible pero térmicamente agresivo), Trina recomienda limitar la operación continua a alrededor de 0,25C, lo que posibilita que el sistema funcione casi sin pausa, sin superar los umbrales de estrés. El modelo de garantía de Trina típicamente asume alrededor de 548 ciclos anuales, es decir, aproximadamente 1,5 ciclos diarios, alineándose más con la realidad del mercado y las necesidades de la red.
“¿Cómo aseguramos esas garantías? Conociendo a fondo nuestras celdas y su gestión térmica”, explicó Lars Koerner, ingeniero senior de ventas de Trina Storage.
Contratos, cumplimiento y realidad
Incluso con estructuras de garantías más matizadas, el cumplimiento sigue siendo un gran desafío. Los integradores ahora se basan en datos en tiempo real provenientes de los sistemas de conversión de potencia y de grupos de baterías, aplicando cálculos de promedios móviles en periodos de 24 horas. Algunos sistemas incluso emiten alertas automáticas cuando el uso se acerca a los límites contractuales.
Pero en última instancia, la exigibilidad de las garantías depende de cómo estén redactados los contratos y de si la estrategia operativa es económicamente viable.
“Se puede firmar un contrato que permita cuatro ciclos al día, pero si no se encuentran cuatro oportunidades reales de ingresos diarias, solo estarás desgastando las baterías sin motivo”, indicó Jürgen Pfalzer, director de crecimiento en enspired.
A esto se suma otra complejidad: algunos integradores ahora publicitan un 100% del estado de carga utilizable (SoC). Si bien es técnicamente posible bajo condiciones muy controladas, esas garantías pueden no resistir estrategias de ciclado agresivo.
Según Pfalzer, distintos parámetros de garantía pueden impactar significativamente los ingresos de un BESS. Por ejemplo, ofrecer un 100% de estado de carga utilizable puede aumentar los ingresos anuales hasta en un 7%, mientras que eliminar los requisitos de periodos de reposo puede impulsar los ingresos en un 12% adicional. Aumentar los ciclos diarios promedio de 1,5 a 2 genera un incremento cercano al 11%, y subir a 2,5 ciclos diarios agrega otro 8%. Incluso las mejoras incrementales importan: cada 1% de aumento en la eficiencia del ciclo completo (RTE) se traduce en aproximadamente un 0,37% más de ingresos.
De acuerdo con los modelos de enspired, optimizar estos parámetros de desempeño puede modificar de manera significativa el perfil financiero de un activo. Por ejemplo, mejorar el RTE del 89% al 90%, el SoC utilizable del 95% al 100%, los ciclos diarios de 1,8 a 2 y la disponibilidad del sistema del 97% al 99% puede aumentar conjuntamente el throughput energético y los ingresos en alrededor de un 11,5%.
Para un sistema de almacenamiento de energía en baterías (BESS) de 50 MW / 100 MWh, eso se traduce en ingresos anuales adicionales de aproximadamente 1,76 millones de dólares, o 17,6 millones de dólares en 10 años, generando 341.000 dólares por MW/año.
En definitiva, el mensaje del panel fue claro: las garantías de desempeño deben evolucionar junto con el mercado. Garantías más inteligentes no solo sirven para proteger los equipos, sino que permiten desbloquear valor y asegurar la rentabilidad a largo plazo en un mercado de almacenamiento de energía en constante movimiento.
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