Mercado de generación distribuida de Argentina: El diablo está en los detalles

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En diciembre de 2018, Argentina publicó regulaciones para implementar la ley No. 27.191 para acelerar su mercado GD, descentralizar las fuentes de energía, reducir las emisiones y crear empleos. Al igual que con la mayoría de las medidas legales y reglamentarias incipientes, el éxito dependerá del diseño de políticas adecuadas que atraigan la inversión local y hagan crecer su mercado GD en forma sostenible. El momento no podría ser mejor, ya que los costos de la tecnología renovable se encuentran en su nivel más bajo en la historia, y Argentina puede aprender de las lecciones significativas de mercados más maduros, evitar errores y adaptar las mejores prácticas a su conjunto único de condiciones.

Los mercados de generación distribuida en América Latina han estado creciendo en los últimos diez años gracias a la rápida caída en los precios de los equipos solares y al aumento de los costos de la energía convencional. En enero, PV Magazine informó que Brasil alcanzó un total de 500 MW en instalaciones de GD. Un año antes, la revista informó que México había superado los 400 MW en 2017; y es muy probable que el mercado mexicano ya haya superado los 500 MW. Los países centroamericanos también han estado desarrollando sus mercados, aunque a un ritmo más lento Pero vale la pena mencionar que el líder del mercado en las Américas sigue siendo California, donde la Comisión de Servicios Públicos (CPUC) informó que 7.6 GW de capacidad instalada acumulada fue lograda al final del año 2018.

Desde los mercados altamente promocionados como California, México y Brasil, vemos políticas en común como son el aumento de los costos de la electricidad convencional, la fácil interconexión y la medición neta. Sin embargo, la medición neta puede no ser un motor de arranque en Argentina donde los distribuidores de electricidad y los operadores de la red parecen opuestos a esta política. Además, los precios de la electricidad en Argentina son artificialmente bajos, y actualmente se encuentran cerca de los USD $ 0.05 / kWh.  Sin embargo, a partir de ese desafío hay una oportunidad para que el gobierno reduzca sus subsidios a la electricidad al mismo tiempo que sustituye las fuentes de energía limpia con un programa de GD bien diseñado y ejecutado. Cada vez está más claro que existen opciones para que Argentina pueda superar su conjunto único de desafíos.

Si reducir los subsidios a la energía es políticamente prohibitivo en Argentina e incluso los precios solares actuales no son rentables para la mayoría de usuarios, el mercado de GD podría beneficiar a los grandes consumidores de energía en el sector industrial que actualmente pagan más de USD $ 0,10 / kWh.

El Salvador y Guatemala, por ejemplo no ofrecen medición neta y el exceso de generación de sistemas fotovoltaicos se compensa a los precios de mayoreo, pero su recuperación es de casi menos de 5 años, según los instaladores locales, porque las tarifas de electricidad actuales son de dos dígitos. Para mercado de grandes usuarios de energía, la facilidad de las reglas de interconexión y el acceso a financiamiento de bajo costo pueden ser incentivos suficientes. Esto podría crear un impulso para acelerar la industria local, ya que los proveedores e instaladores de tecnología fotovoltaica pueden crecer, competir y reducir los costos de instalación. Si el país desea llegar a los consumidores residenciales que pagan menos de USD $ 0,10 / kWh, el desafío es mucho mayor.

La Comisión de Servicios Públicos de California enfrentó una situación similar al implementar la Iniciativa Solar del Estado. Aunque las tarifas de electricidad eran altas para comenzar, la tecnología era un 80% más cara que hoy, por lo que la energía solar no era factible cuando se creó la Iniciativa. Los subsidios se diseñaron para pagar los kWhs de energía solar producida por los clientes, pero los subsidios solo duraban cinco años porque ese fue el tiempo estimado y aceptable para el retorno de la inversión. De manera similar, los clientes de energía solar argentinos podrían obtener un subsidio basado en la producción de kWhs por un corto período de tiempo como incentivo para acelerar el mercado, especialmente cuando la medición neta no es una opción.

El fácil acceso y el bajo costo de financiamiento pueden ayudar a Argentina a promover el mercado de GD de manera efectiva. América Latina es conocida por sus altas tasas de interés, a menudo más del 10%. A pesar de que los costos de la energía fotovoltaica se encuentran en un mínimo histórico, el pago de una tasa de interés del 12% para un proyecto fotovoltaico industrial cambiaría la rentabilidad desde un par de años si se compra en efectivo hasta diez años o más cuando se financia. Por lo tanto, Argentina podría diseñar un programa de préstamos con tasas de interés más bajas que las actuales. El fondo podría recuperarse y regenerarse para ayudar a los futuros clientes. Un financiamiento factible podría hacer que los proyectos de GD sean rentables y el mercado crecería de inmediato.

Para que la Generación Distribuida prospere en Argentina, las inversiones en energía solar deben obtener un retorno de inversión razonable. Tener eso en mente y al mismo tiempo asegurarse de que los distribuidores de energía paguen una tarifa justa por el exceso de kWhs puede parecer complicado, pero estos son dos de los detalles más importantes a considerar para que las políticas de GD muevan al mercado. Afortunadamente, varios países en el mundo le brindan a Argentina un menú de herramientas de políticas que se pueden modificar y adaptar para arrancar un mercado con éxito.

Cecilia Aguillón es Directora de la Iniciativa de Transición Energética del Instituto de las Américas, una organización imparcial e independiente sin fines de lucro que promueve el diálogo y la colaboración en todo el Hemisferio Occidental para fomentar políticas públicas sólidas y promover un crecimiento económico y una prosperidad inclusiva y sostenible. Pretende que los diálogos público-privados desemboquen en mercados de energía renovable sostenibles. Cecilia trabajó en Kyocera Solar, Inc. en California en Desarrollo de Negocios y Relaciones Gubernamentales durante 18 años. Trabajó con legisladores en el diseño de programas de energía solar y estándares de carteras de energías renovables para su implementación en los Estados Unidos, Canadá y México. Desarrolló estas iniciativas en cooperación con varias asociaciones comerciales de los Estados Unidos. Fue miembro de la junta directiva de la Asociación de Industrias de Energía Solar de California (CalSEIA) y participó en el diseño e implementación de la Iniciativa Solar de California. Actualmente está en la junta directiva de la Campaña de Acción Climática trabajando para implementar programas de energía sostenible para San Diego, California.

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