Los usuarios de Netflix pueden considerar el arrendamiento solar una solución atractiva, según un estudio

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Investigadores del Instituto Flamenco de Investigación Tecnológica (VITO) de Bélgica han estudiado las barreras a la adopción de la energía fotovoltaica residencial y cómo los modelos de negocio circulares pueden o no resolver las cuatro principales barreras: el costo de los gastos de capital iniciales, la falta de confianza en los gobiernos, la espera de tecnologías mejoradas y la percepción de falta de rentabilidad.

En el artículo “When do circular business models resolve barriers to residential solar PV adoption? Evidence from survey data in Flanders” (¿Cuándo resuelven los modelos de negocio circulares las barreras a la adopción de la energía solar fotovoltaica residencial? Evidencia de datos de encuestas en Flandes), publicado en Energy Policy, los científicos reconocen el problema de los residuos fotovoltaicos al final de su vida útil y señalan la necesidad de enfoques sostenibles para la adopción de la energía solar. Los investigadores examinaron cómo los modelos de negocio circulares -en concreto, los modelos solares de sistema producto-servicio (PSS, por sus inciales en inglés) y la reutilización fotovoltaica- podrían abordar el problema de los residuos y, al mismo tiempo, superar los obstáculos a la adopción.

Una encuesta realizada en 3.996 hogares de Flandes (Bélgica) reveló que los modelos de negocio circulares presentados sólo abordarían la barrera del costo.

Se preguntó a los encuestados por su interés en un modelo de PSS orientado al uso. Consiste en el arrendamiento solar con traspaso de la propiedad al cabo de 20 años, que es el modelo de PSS dominante en el mercado solar residencial de Flandes. “Para la reutilización fotovoltaica, estudiamos el interés de los clientes por los paneles fotovoltaicos de segunda vida en el contexto de un modelo de PSS orientado al usuario, en el que el funcionamiento de estos paneles estaría garantizado por el proveedor”, explican los investigadores.

Los investigadores determinaron que el elevado interés por los modelos de PSS es significativamente más frecuente entre las mujeres encuestadas, y los encuestados que viven en casas con tejado plano, una vivienda antigua, tienen experiencia como usuarios de Netflix, y presentan altos índices de confianza en los proveedores de energía y en la tecnología. Los encuestados con un alto interés en el PSS eran más propensos a favorecer la retirada de los paneles fotovoltaicos al final del periodo de contrato, ya que no querían quedarse atascados con una tecnología que tenía 20 años.

“Hay que tener en cuenta que la experiencia de usuario de Netflix difiere de la de Spotify y el alquiler de coches”, subrayó el grupo de investigación. “A diferencia de Netflix, Spotify también es accesible para los usuarios que no pagan, y los encuestados que tienen experiencia con el alquiler de coches a menudo no tuvieron que pagar ellos mismos por el programa de alquiler”.

Se detectó un menor interés por los modelos PSS entre los encuestados varones y los que viven en casas de reciente construcción. “No tener ningún interés en el PSS solar se encuentra relacionado con los encuestados que son miembros de una cooperativa ciudadana de energía renovable, que viven en casas con una buena calidad del techo, que no tienen suscripción a Netflix, y las bajas tasas de confianza en el partido político Verde”, declararon los investigadores.

Para quienes están interesados en el PSS, las incertidumbres normativas y el hecho de no conocer a nadie más en un modelo de PSS actúan como barreras a la hora de elegir esta opción. Para contrarrestar estas barreras, los autores del estudio recomiendan que los responsables políticos desarrollen políticas energéticas que muestren complementariedad en múltiples niveles y ámbitos políticos y ofrezcan seguridad jurídica a los hogares para que inviertan en soluciones de energías renovables.

Los investigadores advirtieron que, aunque la mayoría de las políticas que apoyan la adopción de la energía fotovoltaica se centran en las casas, los responsables políticos deberían reconocer el aumento de personas que viven en “entornos de vivienda colectiva”, como edificios de apartamentos, y que no son propietarias de su lugar de residencia.

“Dado el creciente problema de los residuos derivados de las inversiones en energía solar fotovoltaica, los responsables políticos y los proveedores de servicios deberían colaborar en el diseño de normativas contractuales sostenibles, compatibles con los incentivos y preparadas para el futuro, que fomenten la mejora del reciclaje, la refabricación, la reparación y la reutilización, fundamentadas en investigaciones políticas”, concluyen los académicos.

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