Como resultado de los primeros casos comerciales solares en Estados Unidos, la decisión implica que los dispositivos solares de baja potencia fabricados en China, generalmente utilizados para controlar iluminación, pueden importarse al mercado estadounidense sin sanciones comerciales. Por Ben Santarris.
McKinsey & Company afirma que el despliegue solar en Estados Unidos hasta 2035 podría bajar un 9% bajo un escenario de aranceles altos, con gravámenes del 60% sobre las importaciones chinas y del 20% sobre los demás.
Un informe reciente de Wood Mackenzie examina dos posibles escenarios de aranceles y concluye que los costos se dispararán tanto para el desarrollo solar a escala de servicios públicos como para los sistemas de almacenamiento de energía en baterías.
La industria de las baterías depende de una cadena de suministro en China, y las cifras arancelarias anteriores habían pintado un panorama difícil para la asequibilidad y la bancabilidad de los proyectos.
La acumulación de baterías almacenadas puede proteger al sector del almacenamiento de energía de las crisis inmediatas, pero el tiempo se acaba, según los informes de Clean Energy Associates.
Mientras que los amplios gravámenes del presidente Donald Trump a las importaciones extranjeras han acaparado los titulares mundiales, las investigaciones antidumping y de derechos compensatorios (AD/CVD) sobre productos del sudeste asiático, junto con una posible ampliación de la Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur (UFLPA), podrían plantear riesgos aún mayores para la energía solar y el almacenamiento de energía estadounidenses.
Los analistas ven impactos negativos en todos los ámbitos, pero los sectores de los vehículos eléctricos y el almacenamiento de energía en baterías parecen especialmente vulnerables a los aranceles generalizados del presidente estadounidense Donald Trump.
«El mundo de las energías renovables ha cambiado», afirma Stefan Reisinger, socio de Norton Rose Fulbright.
Se aplican aranceles del 10% a la mayoría de los productos de la mayoría de los países, pero la energía y los productos energéticos, el acero y el aluminio están exentos, pues ya se han aplicado aranceles.
Después de años de luchar contra las importaciones a precios injustos, la marea finalmente está empezando a cambiar, y ahora tenemos los datos para demostrarlo.
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